Epistemología Idiosincrática
Este es un proyecto que, por su propia naturaleza, quiere y debe mantenerse indefinido. Sabemos que nace de la pulsión de hacernos preguntas a partir de situaciones en las que pareciera que la vida nos demanda respuestas.
Con motivo de la pandemia y consecuente cuarentena, a mediados de Marzo de 2020, surgió en varias personas la necesidad de aprovechar el tiempo de encierro. Dos amigas querían aprender a programar y me pareció que yo podía darles un pantallazo general, dado que me apasiona enseñar porque es la mejor forma de aprender que conozco.
Durante los primeros encuentros, no pude evitar contrabandear cuestiones filosóficas inseparables de la Teoría de la Computación, la Física Cuántica y la Teoría de Probabilidades.
Preocupadas por el tiempo que esto restaba a la programación, me propusieron iniciar un curso paralelo sobre Teoría de Probabilidades, aprovechando la experiencia de varios años de ayudante de la materia Probabilidad y Estadística en FIUBA.
La indulgencia propia de un alumnado amistoso libre de las exigencias del programa y calendario académico, me dio la oportunidad de intensificar el carácter idiosincrático del enfoque pedagógico que suelo tener con mis alumnos particulares, con quienes pude poner en práctica algunas de las ideas sobre las que vengo rumiando en soledad hace años pero siempre limitado por la “turistificación” del conocimiento, tan propio de la academia contemporánea.
Básicamente conseguí gente con ganas de escucharme hablar sobre las cosas que me apasionan y aprendo enseñando.
No me puedo quejar.
Porque es un peligro.
Gracias a las obras de Nassim Taleb y David Deutsch, hoy tengo una intuición más clara sobre los límites prácticos y teóricos de la Probabilidad y la Estadística.
Casualmente la pandemia es una gran oportunidad para reflexionar sobre nuestra capacidad de predecir el futuro, basados en el conocimiento del pasado.
La Epistemología justamente es una crítica a las formas de obtener conocimiento. Los cambios de paradigma científico siempre tuvieron en su núcleo una crítica a la forma en la que las generaciones anteriores lo hacían.
Considero muy problemático enseñar Estadística sin Probabilidad y también Probabilidad sin Epistemología.
Me parece imprescindible un enfoque sensible al contexto histórico y específicamente a la silenciosa disputa por la “Realidad” entre la Probabilidad y la Física, hoy felizmente reconciliadas y unificadas (junto a la Computación) bajo la Mecánica Cuántica.
Porque nace de mi
y porque refleja también los intereses propios de quienes me acompañan.
¿Qué mejor forma de celebrar lo Idiosincrático que dejándose llevar por lo Impredecible?